Los casos B

Estamos del caso Blesa y sus vaivenes hasta la coronilla. No sé si es por culpa de los jueces, de las maniobras a deshora o del propio acusado. Lo que sí sabemos todos es que la justicia está quedando con el culo al aire. No es la primera vez ni será la última. Pero, ya que debe cubrirse bien los ojos para cumplir su deber de equidad, que no se destape el trasero, porque cada día tenemos necesidad de vérselo bastante empeorado. Y quien habla del presidente de Caja Madrid, habla de Bárcenas, por seguir con la B inicial. El aire que respiramos huele ligeramente a mierda. Siento muchísimo decirlo, pero no me queda otro remedio para expresar lo que de veras siento. Si yo fuese miembro del PP me habría dado de baja con estos sobresueldos o como se llamen, de los que han trincado todos los altos cargos, con ático en Marbella o sin él, con deseos de volver a las andadas con Aznar o sin él. Da vergüenza ajena ver desde lejos cómo se actúa, se actuó y se actuará en política aquí. Ser político imagino que causará un rubor implacable. Salvo a quien esté por encima –o por debajo– de la vergüenza. Es decir, a todos los políticos y adláteres.